Parafraseando a Einstein: “No esperes resultados diferentes si sigues haciendo lo mismo”.
A raíz de la última crisis económica, se pensó que un desastre de tal magnitud había sido provocado por la negligencia, la corrupción y la falta de competencia de los equipos de dirección de las empresas (Consejos de Administración, Juntas Directivas y Equipos Corporativos de Gestión), por lo que sus miembros y sus prácticas de trabajo fueron ampliamente investigados y auditados.
Curiosamente los resultados no revelaron muestras de incompetencia o corrupción, sino que seguían la mayoría de los estándares de gestión aceptados. Las causas parecían ser otras.
A la vista de los resultados, la Universidad de Harvard y otras instituciones similares plantearon la necesidad de crear un nuevo paradigma sobre cómo los equipos de dirección pueden ser más eficaces, considerando no sólo cómo estructuran su trabajo, sino también cómo gestionan el sistema social que realmente son.
Los estudios realizados demuestran que los equipos de dirección que se ven como un sistema social muestran mayor eficacia en su gestión.